Cargadoras sobre ruedas
Las cargadoras sobre ruedas se componen por un chasis que puede estar articulado, con el motor montado sobre las ruedas traseras; sobre éste se ubica la cabina, habitualmente centrada. Por delante se ajustan los brazos elevadores, donde se anclan los actuadores del cucharón o cazo. En el caso de las cargadoras articuladas, el eje trasero, el motor y la cabina se disponen en una parte y en la otra se ubica el eje delantero, el cucharón, sus brazos y los actuadores.
El sistema de transmisión parte de un motor diésel (en menor medida, hay algunos motores de gasolina) o diésel-eléctrico. Su potencia se transite a un convertidor de par que actúa sobre un árbol motriz, dosificado por una caja de cambios automática. Finalmente, el árbol motriz termina en los diferenciales que mueven los mandos delantero y trasero.
Los cargadores sobre neumáticos se segmentan en el mercado de acuerdo a sus caballos de fuerza. Las cargadoras sobre neumáticos de menor tamaño disponen de hasta 80 caballos de fuerza. A partir de ahí, las cargadoras se clasifican de 80 a 150 caballos de fuerza, de 150 a 200 caballos de fuerza, y de 200 a 250 caballos de fuerza. Hoy día existen cargadoras de ruedas para todo tipo de usos y de todos los tamaños: desde máquinas que cargan menos de medio metro cúbico y una MMA total de 1.200 kilos a enormes máquinas de minas a cielo abierto que cargan en su cucharón hasta 72 toneladas y con una MMA de 270 toneladas.
Actualmente, la mayoría de las cargadoras sobre neumáticos son de tracción a las cuatro ruedas permanentemente, por lo que es necesario que sean del mismo tamaño. Sin embargo también hay cargadoras sobre ruedas operadas con tracción a dos ruedas o de tracción seleccionable para un eje, el otro o los dos. El eje motriz trasera mejora la capacidad para excavar de la maquina mientras que el eje motriz delantera permite una mejor tracción cuando está cargando el cucharón.
La primera pala cargadora sobre ruedas fue un vehículo sencillo de gomas macizas que puso en funcionamiento el ingeniero Frank G. Hough en 1939. Tenía una pala de carga frontal de apenas una cuarta parte de metro cúbico, pero era capaz de elevarlo y descargarlo a cinco metros de altura. Talvez uno de los momentos más significativos en la evolución de las cargadoras frontales fue la introducción del bastidor articulado. En 1953 la empresa Mixermobile Manufacturers, de Pórtland, Oregon, inició la tecnología del chasis articulado con el lanzamiento del Scoopmobile Modelo LD-5.
Después de la Segunda Guerra Mundial, casi todos los fabricantes incorporaron a la producción de sus cargadores frontales los sistemas de actuación con tecnología hidráulica. El rápido refinamiento de esta tecnología condujo a la proliferación de fabricantes de máquinas con sistemas hidráulicos y para el final de la década, los cargadores operados por cable quedaron completamente obsoletos.
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